martes, 12 de mayo de 2009

En cámara lenta

Y veo como te alejas de mi vida, la manera en que me dejas tirada en el suelo sin importarte lo que fuera capaz de hacer conmigo misma. De nuevo, siento como aquella angustia desgarradora se prolonga por todo mi cuerpo dejándome inmóvil, desecha, vacía.
Te llevaste todo con vos, dejándome solo tristes recuerdos de un pasado juntos, de un futuro que no pudo ser, de un presente sin más oportunidades.
Lo habíamos vuelto a intentar seguros de que esta vez funcionaría, pero no fue así, te rendiste a mitad de camino apagando tu corazón dispuesto a no recibir mi amor, procurando amarme pero al mismo tiempo reusándote a seguir juntos por el mismo sendero, fue entonces cuando soltaste mi mano y me dejaste ir, diciéndome como si aquello me diera paz "te dejo ser libre, espero que no me guardes rencor, no será difícil que encuentres otra persona que te ame y brinde más de lo que yo puedo ofrecerte, solo tenés que permitir darte a conocer por completo".
"Cuidate
, te quiero mucho" fue lo último que oí decirle entre aquellas oraciones carentes de sentido común. No, no podría cuidarme pensaba mientras lo veía marcharse en cámara lenta, de pronto el tiempo pareció detenerse, pero él seguía su rumbo, sin mirar hacía atrás, indiferente a mis lágrimas y silencio piadoso, aquello no podía estar pasando, no a nosotros.
Me sentí desprotegida, pequeña, frágil, como una muñeca de porcelana capaz de romperse con tan solo el más mínimo roce, necesitaba huir, esconderme en otra realidad donde todo fuera felicidad y sonrisas, pero por más que cerré mis ojos con fuerza soñando con aquel momento jamás sucedió, todo permaneció de la misma manera que antes, solo que ahora él ya no se encontraba en mi camino, en mi vida. El sendero que habíamos construído juntos parecío romperse a pedazos a medida que mis lágrimas caían y recordaba con amargura lo mucho que aún nos faltaba por descubrir y ser que no pudimos.
Ahora estaba sola, en un camino desconocido, sin rumbo fijo, solo aquella sensación de vacío y un corazón roto de dolor.
Me quedaba el tiempo, los segundos, los minutos, las horas, los días, las semanas, los meses, quién sabe si hasta tal vez años para levantarme de allí y comenzar a caminar firmemente otra vez, pero al mismo tenía algunas cosas a mi favor.
Y de esa manera, él se fue de mi vida, haciendome chocar con el suelo, con la realidad que no quería ver, y ahora dispuesta a cambiar soy conciente de lo boba que fui, de lo mucho que aún sigo amandolo pero de que lo nuestro no es posible. Te amo, de verdad y de todo corazón, hubiera dado todo por nosotros, pero ya es tarde, y estoy decidida a cambiar por mi y para mi, para empezar a amarme, a quererme, a desearme de la misma manera que lo hacía con vos, ahora soy mi prioridad, ahora soy la razón de mi existencia y eso nadie puede arrebatarmelo.