domingo, 22 de mayo de 2011

Sentir

Mi vista panorámica, mi manera de ver y reflejarme en el espejo. Unos pelos salidos de lugar, unas ojeras talladas en mi piel, unas pestañas largas con restos de maquillaje, unos labios resecos, y mis ojos… malditos ojos que me muestran lo que no quiero ver y me enseñan aquello que más detesto. Esos ojos profundos casi sin vida, tan profundos como el océano que me adentran a un mundo inexistente, me pierdo en ellos y vuelvo a ser, una y otra vez, nazco y muero, constantemente entre el cielo y el infierno, entre la realidad y los sueños, divagando de aquí para allá, tomando decisiones erróneas y equivocándome sin aprender, tropezando siempre con la misma piedra, cayéndome sin levantarme y siendo sin ser. Y cuando vuelvo a bajar, no retrocedo, caigo en el suelo en un golpe brusco. Maldita cabeza, malditos pensamientos, maldito pasado y maldita yo por seguir pensando.



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