Cada vez que un viejo amor se compromete con un nuevo destino siento como
si dentro de mí se rompieran mil sendas que jamás llegaré a cruzar. No me
malentiendan, me pone contenta viéndolo realizar sus sueños, siendo feliz junto
a otra mujer. Pero muy a mi pesar me recuerdo que en aquel lugar podría estar
yo, pero que jamás lo supe aprovechar, tal vez porque escogí mal o simplemente me
dejaron ir.
Sea cual sea la cuestión es como si de pronto mis posibilidades se reducieran,
quedando solo aquello que tengo como presente, un solo destino, el cual cada
día que transcurre menos podré cambiar.
Estoy feliz, sí, no lo niego, es un
camino menos pedregoso que los anteriores, pero sigue habiendo grietas por el
camino (y no me quejo, después de todo los caminos sin ranuras solo existen en
los cuentos de hadas), pero hay algo dentro de mí que me impide poder disfrutar
como debería, es como si mi antigua Agustina empujara cada día más por querer
volver a rebelarse, no acepta tener solo un destino entre sus manos, ella
quiere tener al poder todas las cuerdas posibles para poder tirar de ellas
cuando se le antoje, pero eso es imposible… y egoísta, sumamente egoísta.
Pero no voy a ponerme a discutir con mi
antiguo yo, de eso ya tuve demasiado. Simplemente espero que aquellas personas
que deje ir a lo largo de mi vida sean felices, que los quieran y amen como yo
no supe hacerlo, tal vez porque no me encontraba en un momento oportuno o
porque simplemente no sentía interés, solo espero que tanto amigos, amantes y
familiares sepan perdonarme por mi indiferencia en algún momento.
Les pido perdón a todos, excepto a una
persona, por la cual moví cielo y tierra, regalé lo poco que me quedaba de
dignidad, me arriesgué a compartir la poca felicidad que poseía, y le di
amor, un amor puro y sin rencores de un corazón hecho pedazos anteriormente. Y
él no me devolvió nada, juró y prometió pero no hizo absolutamente nada de lo
que había pactado. De hecho tampoco hizo nada de lo que decía, era como si sus
palabras y sus actos vivieran en continentes diferentes con idiomas
completamente opuestos, era imposible que se comprendieran entre sí, inevitable que no
sucediera una guerra entre ellos.
Hay algunos caminos que nacieron para
unirse, otros en cambio estarán minados por siempre en la oscuridad de los
árboles, en la profundidad del olvido y en el silencio fantasmal de los pájaros
cantando al anochecer.
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