Exhausta

Ya no lo soporto, me encuentro totalmente harta de tantas blasfemias nefastas, ¿de qué vale seguir actuando si en el fondo me muero por ser como ellas?, nadie comprende mi tonta envidia, pero mis anhelos van más alla de lo posible y racional, un día cualquiera una simple chica podría dedicarse a ser feliz y poseer lo que alguna vez soñó en su vida; pero yo, totalmente fracasada e inmadura me encuentro incapaz de llevar a cabo mis sueños y predilectos para conseguir la garantía pura y exclusiva del camino hacia mi felicidad. Que más da, soy un fraude por más que lo miren de cerca o de diferentes ángulos, hay cosas que jamás cambian, y da igual la forma en que yo quiera contemplar los hechos, ya nada sirve, si no me siento bien con ellas y me asimilo más a una máquina de desecho de basuras que a un robot andante pero con una sonrisa en sus labios significa que no tengo nada más que hacer en este lugar.
Quisiera desaparecer, de verdad quiero irme lejos. En este momento no hay nada que quiera más que ello, y eso debe ser la única cosa que no desee de las demás personas, ojala algún día como hoy esa oportunidad se me de, ya no consiguo una razón suficiente para sonreir y reirme de malos chistes, soy una estúpida tanto emocionalmente como mentalmente, ¿quién me salva de tan desdichada angustia?.
Nadie.
La oscuridad es la única capaz de cumplir mis plegarias, perdí la cuenta del millar de veces que recé a las estrellas para dejar de formar parte de este juego pero aún sigo aqui, indefensa, desvalorizada, juntado viejos recuerdos almacenados para al menos vivir de ello.
Quiero desaparecer, pido disculpas a todas aquellas personas que me aman y desean verme sonreir junto a ellos, pero de verdad me es gravemente imposible serlo cuando un sentimiento mucho más poderoso que la razón y la codicia me envenenan hasta provocarme espamos irreversibles de dolor en lo más profundo de mi corazón y en especial de mis pensamientos.
Así que lo siento, me disculpo como cualquiera otra chica que ha cometido un error en su vida -tanto el más importante como el más estúpido- pero es un paso que debo tomar para seguir adelante y no mirar atrás. Ya no me necesitan, y aquello es una gran verdad.